José Manuel Barrocal
Soy optimista por naturalezaTú tienes el poder de elegir tu actitud y hablar en lenguaje positivo.
Soy José Manuel Barrocal, gracias a sobrevivir a un accidente de trabajo, la vida me susurro mi propósito de vida , ayudar a las personas a convertir sus sueños en realidad gracias al emprendimiento.
En la vida, somos las decisiones que vamos tomando, podemos elegir nuestra actitud ante la vida.
Tenemos la magia del poder de nuestras palabras en nosotros, podemos crear nuestra vida gracias a saber lo que realmente queremos.
¿Te imaginas decidir qué quieres hacer con tu vida?
Mi Historia
La vida siempre elige lo que te va a dar, el aprendizaje que necesitas adquirir para crecer, a mí me construyó una segunda oportunidad para conseguir una vida plena y satisfactoria.
Diseñe un plan de ganar dinero, a costa de mi salud, conseguir unos ahorros para comenzar mi segunda aventura empresarial, porque en mi primera experiencia fue un fracaso en el marketing digital.
Pero me quedo durante esta etapa con las partes positivas de la experiencia, aprendí a vender, a gestionar mi tiempo y prioridades , y a conocer cómo funcionan las empresas con sistemas de trabajo.
No pude desarrollar todo mi potencial creativo, porque todavía no estaba preparado y abandone mi sueño de emprendedor por una nueva oportunidad laboral. No era el trabajo de mis sueños, de autónomo repartidor de paquetería, pero me serviría para generar ingresos para planificar una de las múltiples ideas empresariales que me rondaba la cabeza.
Oportunidad
Con lo cual aposté por coger la oportunidad que se presentó en mi vida, mientras diseñaba aterrizar las ideas que tenía en mi cabeza de emprendedor.
El primer mes, aposté por conocer mejor mi puesto de trabajo, y decidí posponer el tiempo para mi proyecto de vida. Acababa cansado la jornada laboral, y me dedicaba a aprender y crear un sistema de trabajo efectivo, a través de prueba y error. Organizarme la ruta de reparto, para conseguir ser más productivo, y realizar el trabajo lo más eficientemente posible.
Llego el segundo mes, y empezó la temporada de enreditis y excutisis para sacar algo provechoso de cada día, mi cabeza era ya lo haré, pero pasaban los días y fines de semana sin obtener nada de valor.
En el tercer mes, siguieron las excusas de procastinar, eran más efectivas o eso pensaba yo. Y la vida se encargaba de decírtelo bien alto, pero cómo no sabía decir a nada que no, porque no tenía ninguna prioridad marcada en mi agenda. La vida te traía tareas nuevas, me tocó a ayudar en el negocio familiar durante los fines de semana, para suplir la baja de un trabajador, además arbitraba todos los fines de semana un partido de fútbol, con la excusa perfecta de estar en forma. Llegaba el final de la semana un poco exhausto y agotado de energía, una excusa perfecta para olvidar lo verdaderamente importante que había marcado en mi agenda como metas y objetivos, pero que había olvidado porque no lo revisaba ni semanal, ni mensualmente.
En el cuarto, quinto y sexto mes, apareció la temporada de eventos, bodas, bautizos y comuniones, mes ideal para aumentar mis ingreso, pero a costa de mi tiempo, salud y energía, además de distraer a mi mente para que se olvidará de lo verdaderamente importante.
Cometí unos de los errores más graves que cometemos la gran mayoría de las personas, no comprometerme contigo mismo para sacar tiempo a lo importante, atender el círculo vicioso de las urgencias, mientras no haces caso y pospones lo primordial para ti.
En el trabajo era cada día más eficiente, terminaba antes mi jornada laboral, pero malgastaba el tiempo y no era capaz de mirar mi agenda para seguir mi estrategia, plan y objetivos.
No sabía decir que no a cualquier proposición que me lanzarán mis seres queridos y amigos, cualquier excusa valía para no tomar acción.
Mi cerebro se acostumbró a no generar nuevas ideas, ni planificar e instauro malos hábitos. dónde me dejaba llevar por las prisas y urgencias de la sociedad y me olvidé de lo importante, de prestarme atención.
La Vida
Con lo cual si no estás en la búsqueda de tu propósito o escuchas a la vida lo que tiene para ti. La vida lo hace por ti, siendo ella la que decidió pararme en seco, por no tomar acción, y sufrí un accidente de tráfico mientras realizaba mi trabajo de repartir paquetería.
No recuerdo nada del accidente, el cerebro es tan listo, que se olvidó de cerrar esa sesión y se perdió la información de cómo ocurrió el accidente, era una información desagrable y se encargó de borrarla de mis archivos, nadie sabrá que ocurrió ese día, porque fui yo solo el que se salió de la carretera, la vida me entrego mi destino, para aprender lo que hemos venido a hacer a este mundo.
Tras el accidente salí disparado, ya que en el gremio para no perder tiempo entre repartir un paquete y otro, tenemos la frecuente imprudencia de no abrocharnos el cinturón.
Yo mismo me diría, falsa creencia, si solo voy a Rubí de Bracamonte que está ocho kilómetros de Medina del Campo, no hace falta el cinturón. Me quedé en el medio de la carretera, y la furgoneta salió disparada a más de 150 metros de dónde yo estaba, acabando en siniestro total.
El destino se volvió a cruzar en mi camino, y me libre de que me atropellara un camión mientras estaba tumbado en la carretera inconsciente, casualidades de la vida. Me perdí también un viaje express en helicóptero al hospital de Salamanca, (tengo pendiente viajar en helicóptero en 2022) lo normal hubiese sido ir a Valladolid, pero el destino se volvió a cruzar, al estar los quirófanos llenos, pero la gravedad y urgencia del accidente, necesitaba una operación para salvar la vida.
Tras una operación larga y de urgencia, me indujeron un coma para que mi cuerpo luchara entre la vida y la muerte, con todas sus fuerzas. La verdad que los pronósticos no eran muy buenos, y si conseguía superar esa primera noche ya era todo un milagro, por lo cual, siempre estaré agradecido a todas las personas que lo hicieron posible, y al 29 de julio.
Estuve durante una semana en la UCI, para salir victorioso de la lucha por la vida, apague la luz del túnel, encendí la luz de la vida y aposté por seguir disfrutando del gran regalo que es la vida.
El proceso de recuperación ha sido muy largo y con muchas curvas, siendo el gran aprendizaje que tenía la vida para mí. El camino no es una línea recta, sino que es un viaje de subidas y bajadas.
Yo puse todo lo que podía entregar, que era mi actitud positiva a lo sucedido y entrenar con esfuerzo, paciencia, que es lo único que podía hacer. Durante mi estancia en el hospital perdí toda mi masa muscular, al no poder hacer nada en más de 20 días, pero conseguí pequeños logros, como levantarme de la cama y sentarme en un simple sofá, que fácil nos parece en la vida real pero que difícil me parecía estar simplemente sentado más de cinco minutos. Poco a poco, fui aumentando tiempo y frecuencia, realizaba ejercicios de respiración y además de hacer pequeños ejercicios con la fisioterapeuta en la última semana para ir ganando fuerza en las piernas, pero sobretodo confianza en mismo.
Al mes del accidente conseguí salir del hospital en silla de ruedas , me dieron el alta aunque apenas me podía mantener en pie, pero las pruebas salieron bien y ya solo necesitaba mear sin la sonda para lograrlo. Así puse todo en mi empeño en beber líquidos, aunque todavía me costaba por la traqueotomía, pero tras 3 horas de espera, conseguí el primer objetivo, abandonar el hospital. Casualidades de la vida, 30 de agosto, fecha de mi 36º cumpleaños, así que doble celebración.
El segundo objetivo era lograr llegar a la boda de mi primo en 18 días sin la silla de ruedas. Organice un plan de recuperación, con los ejercicios que me dio la médico rehabilitadora para lograrlo y lo conseguí. No fue completa, porque tuve que asistir con el collarín y el fijador externo que tenía en la mano, pero no conseguí el objetivo,
Aprendí que se puede conseguir las cosas que tú controlas, abandonar la silla de ruedas y andar por sí solo, pero que hay cosas que no dependen exclusivamente de ti, y no puedes hacer nada, como el tiempo necesario para que el hueso suelde o mejore el estado de tu cuello.
Durante esta etapa, para avanzar en la recuperación, me propusieron ingresar en la residencia de la Mutua Fremap en Majadahonda, y como yo estaba comprometido con mi recuperación como objetivo principal, acepte.
Comencé a aprender a manejarme solo con mi mano izquierda: comer, lavarme los dientes, atarme los cordones, vestirme, bañarme y actividades diarias de la vida misma, con lo cual, ahora puedo decir que soy ambidiestro, gracias a las terapeutas ocupacionales.
Las noticias iban siendo positivas, día tras día, decidieron posponer la operación un mes, llevaba mucho tiempo la mano parada y querían ver si con los ejercicios rehabilitadores de mi fisioterapeuta, la mano iba recuperando movilidad, con lo cual solo decidieron retirar el fijador externo.
Al mes, fue todo un éxito, gracias a mi capacidad de sufrimiento, aguantar y soportar el dolor con el fisioterapeuta. Los ejercicios estaban funcionando, mi mano empezaba a progresar adecuadamente y decidieron cancelar la operación. El hueso comenzó a soldar gracias a las sesiones de magnetoterapía , al fisio y el trabajo de recuperación mío.
Organización y Hábitos
Durante mi estancia he conseguido organizar mi vida, comencé dando pasos cortitos, marcando como objetivo principal la recuperación. Diseñe una estrategia de creación de buenos hábitos, como la lectura en los ratos muertos de media hora de magnetoterapia, creación de rutinas de ejercicios con el fisio, actividades extras por cuenta propia de recuperación, visitas culturales a museos, exposiciones y parques de la capital española.
Hacer turismo por la capital, a veces lo tenemos tan cerca, pero a la vez tan lejos, Templo de Debob, Parque del Retiro, Casa de Campo, mirador de Príncipe Pio, Jardín Botánico, Palacio Real, Plaza Mayor, Gran Vía, Puerta del Sol, La Almudena, la gran variedad de museos del Prado, Thyssen, Reina Sofía, América, Cerralbo, Traje, Arte Contemporáneo y verse gratis y actividades.
Aposté por el aprendizaje, disfrutando de la diversión y el momento presente. Forje nuevas amistades con los compañeros de residencia, creé una segunda familia en dónde apoyarse, los sabios consejos para integrarte en el grupo, trucos, como pasar el rato, sala de juegos, autobús gratuito para visitar Madrid, basado en su propia experiencia. Te ayudaban a conseguir los objetivos y manejar tu situación en un entorno nuevo, si tienes alguna duda pregunta siempre, obtendrás la respuesta a todo si preguntas por lo que no sabes.
En el accidente, se rompió la arteria radial de la mano, por lo cual, debía acudir al quirófano para revertir esta situación, tenía programada varias intervenciones, esta era la última.
Acudí a la doctora de medicina vascular, me hizo pruebas para ver el riego de mi mano, y de nuevo se hizo la magia, el cuerpo había conectado los vasos sanguíneos de las arterias, había trazado nuevas conexiones y el riego se había recuperado, con lo cual, otra operación que había eliminado de mi ecuación.
La Solución
Conseguí abandonar la residencia, tras cuatro meses de duro trabajo diario, mejore mis aptitudes físicas gracias a mi perseverancia y constancia en mis rutinas diarias. Proseguí con mi proceso continuo de recuperación física, para recuperar mis facultades, mejorar el equilibrio y seguir progresando en la movilidad y fuerza de la mano.
Me fui aficionando a la lectura, empecé leyendo un libro al mes y gracias a mi hábito de lectura, ahora me devoro un libro prácticamente a la semana., en mi blog puedes ver mi avance, con los mejores resúmenes de libro de desarrollo personal.
Durante mi recuperación, acudí al psicólogo de la mutua, para superar las secuelas psicológicas del accidente, primero conociéndote realmente quien eres, descubriendo tus emociones y realizando ejercicios para ver los daños cerebrales que podía haber causado el accidente. Me sirvió para empezar a autoconocerme de quien era, a mejorar mi gestión emocional y a volver a despertar ese gen competitivo que tengo al hacer los ejercicios de recuperación, a pesar de las dificultades que tenía con la vista.
En esta travesía larga, decidí apostar por mí, cultivando mi conocimiento. Al principio empecé por lo fácil, durante un año me vi más películas y series que casi en el resto de mi vida. Revise todos los apuntes de mi ordenador, de los cursos realizados anteriormente, y decidí apostar por los cursos y congresos gratuitos para seguir aprendiendo sobre el marketing digital.
Empredimiento y Formación
Decidí desarrollar nuevas habilidades y capacidades en el área de emprendimiento, pues siempre ha corrido por mis venas emprender un nuevo proyecto. Conocí el proyecto gratuito de la Semana Emprende de Sergio Fernández, en el cual, durante cuatro vídeos descubrí las habilidades que necesitas para emprender, los fallos más comunes que cometen los emprendedores, las diferentes herramientas que necesitamos para ganar dinero al emprender tu negocio, como el autoconocimiento, conocer tu propósito, como vender y los tres roles que tienes que tener para emprender.
Me costó decidir qué formación debía realizar, si apostar por seguir aprendiendo marketing digital o realizar una formación de emprendimiento, las dos formaciones eran realmente buenas, pero me deje llevar por mi intuición, y me apunte al Master de Emprendedores de Instituto Pensamiento Positivo.
Gracias a esta formación online de pago de emprendimiento, he descubierto la importancia de unos hábitos saludables en tu vida, alimentación, financieros, emocionales, conocimiento,
Me descubierto desde mi interior al empezar a conocer yo mismo, y resolver lo que quiero realmente buscar en la vida. He descubierto mi propósito de vida que es ayudar a los demás a conseguir sus sueños, y poner a su servicio mi experiencia para que soñar sea una realidad. Abrazar la bendita paciencia, la madre de todas las ciencias, marcarte prioridades dándote cuenta de lo que realmente importa y olvidarte de las prisas de la sociedad.
¿Cómo ayudar a los demás?
Durante el trayecto y el camino andando me servido para encontrar mi propósito de vida, que es querer ayudar a personas a soñar en grande y pedir a la vida su parte, resolver en lo que son realmente buenos y decidir lo que quieren hacer con su vida. He construido unos valores personales, pasión, adaptación, generosidad, cooperación y propósito, gracias a mi experiencia vital de haber sobrevivido a un accidente de tráfico.
Todavía hay personas que desconocen y no saben qué hacer en su vida. Mi compromiso es ayudar gracias a mi experiencia a descubrir la causa de porque estamos aquí, te deseo que tu no tengas que pasar una experiencia tan difícil para darte cuenta de lo que es importante en la vida y estar conectado con tu propósito de vida.
He organizado mis valores, analizado mis experiencias pasadas, he descubierto los conocimientos adquiridos de forma continua en esta vida. He decidido apostar por vivir conectado a mi propósito, trazar una estrategia y un plan de formación para emprender mi aventura empresarial.
He diseñado un plan para desarrollar personalmente y profesionalmente a las personas, que no tengan que sufrir ningún percance en sus vidas, como yo, para darse cuenta de lo realmente importante que es vivir su vida plenamente con consciencia y elegir que hacer cada día de su vida.
Como me ven los demás
Mis amigos y seres queridos, destacan como mejor cualidad mía, la resiliencia, la organización, la tenacidad y el compromiso por cumplir mis objetivos y metas.
Subrayan mi gran capacidad de buscar siempre el lado positivo de las cosas, mi fuerza de superación, mi forma de ver la vida con optimismo, haciendo fácil lo difícil, y mi facilidad de ayudar siempre a mis amigos y familiares.
Destacan mis ganas de progresar constantemente, y de aprender de cada situación y experiencia surgida en la vida. Conocen mi habilidad de adaptarte a los continuos cambios y mi flexibilidad para resolver cualquier problema para encontrar la mejor solución posible.
Mis valores
Entusiasmo
Descubrir tu propósito para tener la dirección, objetivo y meta de que hacer en tu vida.
Aprendizaje
Conocer el motor y la gasolina de tu vida. Consíguelo gracias al aprendizaje de tus experiencias vividas.
Cooperación
Servir, dar, agradecer y ayudar son las cuatro patas de la cooperación. Descubre el poder de ir acompañado, todo se consigue más fácilmente en la vida.
Flexibilidad
Ordenar tu vida, estamos en un mundo veloz y cambiante. Controlar, adaptarnos y ser flexibles a la multitud de cambios y descubirlos como se producen en nuestra vida.
Publicaciones
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Emprendedores
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